martes, 21 de febrero de 2017

Hay vida después de los 6: ¿De verdad?

El tema tratado este mes en esta nueva convocatoria son las mentiras.

Como padres sabemos que cuando son niños a veces confunden realidad y fantasía. No mienten a propósito, sino que en su universo su realidad es la que te están contando con toda la inocencia del mundo. El problema viene cuando los niños crecen, empiezan a ser conscientes de que lo que dicen no es verdad y aun así lo dicen. Alrededor de los 6-7 años, los niños son plenamente conscientes de la diferencia entre verdad y mentira. Pero en muchas ocasiones, el miedo a confesar el delito les hace caer en la tentación de liarla todavía más contando un cuento que ni ellos se creen. Aunque no sea disculpable, sí es comprensible. Sobre todo cuando les pillas y confiesan sin tener que aplicar tercer grado ni suero de la verdad. Y si además, eres como mi hijo y al mentir te delata la expresión de la cara y confiesas antes de terminar de contar la mentira, es hasta simpático!


Ilustracion de Sergio A. Sierra

¿Qué pasa cuando las mentiras son más gordas o frecuentes? No estoy hablando de exagerar delante de los amigos para presumir o de contar verdades a medias. Estoy hablando de mentir y defender la mentira como verdad absoluta lojurolojurolojuro. Ahí es cuando hay que tomar cartas en el asunto. Desde la primera vez y con firmeza.

Es importantísimo escuchar las razones de su mentira, dejarle que hable y descubrir lo que verdaderamente esconde. Puede que a nosotros nos parezca una tontería pero quizás esa mentira encubra una preocupación del niño que podemos solucionar. ¿Reaccionamos cual ogros si trae malas notas o pierde una chaqueta? Dirá que le han abducido los marcianos antes de admitir que ha vuelto a olvidarse la agenda!

Reconozcamos la valentía si asume el error que quería ocultar. Premiemos la sinceridad y el valor de reconocer los errores, la importancia de disculparse y no tapar los fallos con embustes. Elogiando su valor, la siguiente vez que se encuentre en esa situación es mas probable que no le dé miedo decir la verdad.

Para mi, es muy importante hacerle ver cuáles pueden ser las consecuencias de sus mentiras y el impacto que producen en la gente que le rodea. Vamos, el cuento de Pedro y el lobo. O como dicen en mi pueblo, tanto fue el cántaro a la fuente que al final se rompió. Crear un clima de confianza en casa no solo ayuda con el tema mentiras, sino con muchos otros asuntos.



Uno de los grandes consejos de los expertos es predicar con el ejemplo. Ahí viene cuando la matan, señores. No es que yo sea mentirosa pero como madre he dicho algunas mentiras (Véase, Reyes Magos, Ratoncito Pérez...me entendéis?). ¿Qué pasa cuando tu hija se entera? Que la próxima vez que le recrimines una mentirijilla, te echará en cara EN PÚBLICO que la mayor mentirosa del mundo eres TÚ. Después levantará una ceja con expresión de "no puedo decir mas que luego todo se sabe, pero ahí lo dejo caer.......". Y todo el mundo pensará que te pasas el día contando trolas, que eres una persona poco fiable o que escondes un terrible secreto. Por mucho que expliques que la niña se refiere al tema Reyes Magos, la duda está sembrada y tu reputación arruinada. 

Echad un vistazo al resto de aportaciones!



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